lunes, 19 de octubre de 2009

Red Dawn (Amanecer Rojo. John Milius, 1984)

Después de tres meses vuelvo a escribir en el blog. Hasta el momento no había encontrado un título que mantuviera la línea que me propuse para este espacio. Sin embargo y, mientras recababa información sobre "road movies" donde los camiones fueran los protagonistas, me vino la inspiración o, mejor dicho, Patrick Swayze apareció. Resulta que este actor malo pero con grandes "blockbuster" en los 80 y comienzos de los 90 (The outsiders, 1983; Dirty Dancing, 1987; Ghost, 1990; Point Break (Le llamaban Bodhi), 1991) protagonizó una película "típicamente ochentera" llena de acción, con un guión cogido por los pelos para dar sentido a una historia que quita el sentido. Me refiero a Amanecer Rojo. Una vez que tiré de memoria me pareció ideal recuperar el ritmo de producción del blog con esta cinta. Al fin y al cabo, mantiene la "etiqueta miscinelánea": película cuasi desconocida para mis "íntimos" seguidores, buena banda sonora, grandes actores secundarios, estrellas jóvenes en alza...

La URSS ya llevaba tiempo hundida y pronto iba a desatarse la locura en el Telón de Acero bajo las medidas de apertura Gladnost ("transparencia" informativa y menor control político) y Perestroika ("liberalización" económica). No obstante, habría que esperar un par de años después de que la película viese la luz para que estos hechos sucedieran (1985, Gorbachov en el poder). Mientras la cinta de John Milius se filmaba, por la Secretaría General del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética (hay que ser rigurosos en ocasiones) desfilaba la llamada "gerontocracia". Es decir, miembros del Partido Comunista octogenarios que no duraban un "asalto" en el Kremlin, no porque los depusieran, sino porque morían de viejos (Yuri Andropov, 1982-1984; Konstantin Chernenko, 1984-1985).

Así, como los americanos se aburrían y Ronald Reagan tenía que meter el miedo a los ciudadanos para justificar su gasto presupuestario en la llamada "Guerra de las Galaxias" (carrera armamentística por la que se fabricaban satélites que se ponían en órbita para crear escudos protectores antimisiles nucleares), aparece esta "delirante" película. Si no, cómo alguien se iba a creer que de repente en pleno corazón de Estados Unidos se produce una invasión soviético-cubana...¿dónde estaban los coreanos del norte? no se/no contesto. Pues esta es la trama de Red Dawn. Ni más, ni menos. Cuando la vi tenía 8 años y, claro, me quedé alucinado (la volví a ver hace relativamente poco y reconozco que me emocionó).

De todas formas, la cinta tiene sus atractivos. En primer lugar, el director, John Milius (Conan El bárbaro, 1981) trabaja, una vez más, con su compositor preferido, Basil Poledouris. Hasta en cinco ocasiones colaboran a lo largo de los años (El gran miércoles, 1978; Adiós al rey, 1988; El vuelo del Intruder, 1991). Este músico griego ha dejado para las discotecas de los amantes del celuloide uno de los grandes soundtracks de la historia del cine. Recomiendo que oigáis todos los temas de la película de Conan.

Otra de las buenas cosas de la película es el reparto, encabezado por un grupo de jóvenes que en a principios de los 80 destacaban y que, finalmente, se hicieron un hueco en Hollywood. Ya he nombrado al fallecido Patrick Swayze (casi escribo un post sobre "Rebeldes" de Coppola para homenajerle). Pero no hay que olvidar a Charlie Sheen (Wall Street, 1987); Lea Thompson (la novia de Michael J. Fox en Regreso al futuro, 1985); Charles Thomas Howell (Harvard, Movida Americana, 1986); y Jennifer Grey (Dirty Dancing, 1987).

Para concluir, no puede dejar de nombrar a un par de secundarios de lujo que aparecen en Amanecer Rojo. Los actores de reparto son mi debilidad. Para mí, son los que mantienen el rigor en las películas más allá de que éstas sean una basura o un exitazo. En esta ocasión nombro a Harry Dean Stanton (París. Texas, 1984). En esta película de Wim Wender es protagonista absoluto, aunque mi papel favorito es en Alien (Ridley Scott, 1979) y su "minino, minino" (en original "jonsie, jonsie", que es el nombre del gato de Sigourney Weaver). Y no me olvido de Powers Boothe (La selva Esmeralda, 1985). Recientemente podéis seguirle en la serie Deadwood donde ejerce el papel de un tipo sin escrúpulos que regenta un "saloon".

Simplemente diré que "he vuelto".

sábado, 11 de julio de 2009

The Coke Cola Kid (El chico de la Coca Cola. Dusan Makavejev, 1985)

Hoy (después de casi dos meses) toca volver a escribir. Tras ver la etapa del Tour en la que, por primera vez, ha atacado el conservador Cadel Evans (Silence Lotto) he decidido hacer un repaso del cine australiano o, más bien, sobre algunas de las películas producidas en el "Down Under" a las que tengo cariño. Podría haber elegido las conocidísimas Mad Max (George Miller, 1979), Cocodrilo Dundee (Peter Faiman, 1986) o Priscilla (Stephan Elliot, 1993) e, incluso, cintas dirigidas por uno de mis autores favoritos, Peter Weir, como Gallipoli (1981). Pero, finalmente, apuesto por una película creo que desconocida para el público, El chico de la Coca Cola, y mencionaré, asimismo, la malísima pero entrañable BMX Bandits (Los bicivoladores, 1983) y la sensacional "La boda de Muriel" (1994).

Hasta el momento no he realizado referencias al cine clasificado como de comedia romántica y me parece que The Coca Cola Kid es un buen ejemplo. No porque cuente una historia de amor distinta a las otras, todo lo contrario, la introducción, el nudo y el desenlace son, cuanto menos, previsibles y repetitivos en el género. Sin embargo, me pareció llamativo cómo introducen la historia de relaciones personales dentro del segmento empresarial-una gran película sobre ese mundo es Armas de Mujer (Mike Nicholls, 1988)-. Hoy día, ya se sabe todo sobre el marketing, la publicidad y el poder de las multinacionales pero es en esa década cuando hubo el boom de la imagen publicitaria de compañías como Nike, IBM, Apple...Coca-Cola y su archicompetidora Pepsi, también.. Además, la cinta refleja el mundo de los altos ejecutivos -a finales de los 80, "yuppies"-, engominados, trajeados y con un maletín de cuero.

El argumento trata sobre un ejecutivo de éxito al que la empresa localizada en Atlanta le encarga la tarea de averiguar porqué su producto ha invadido el planeta copando el mercado pero que, sin embargo, en una región perdida del centro de Australia no consiguen introducirlo. El JASP (Joven Aunque Sobradamente Preparado) en cuestión es Eric Roberts, actor de gran éxito en esos años y prolífico con más de 50 películas en su carrera pero que, tras presentar a su hermana (Julia) a la industria, fue eclipsado por ésta.

El tipo llega a un lugar inhóspito en pleno desierto australiano (visitar Alice Springs debe ser toda una aventura) y averigua que la razón de que la Coca Cola no se venda por allí es debido a la fabricación y comercialización de una cola doméstica(McDowells). Allí conoce a la chica guapa (Greta Scachi) y surge el amor mientras el "brazo" de la poderosa compañía trata de destruir al pequeño comerciante...

En fin, que la película es entretenida y aparecen grandes paisajes -os hareis una idea si visteis el clip de Let´s Dance de David Bowie (el dueño de la fábrica de cola y los lugareños son como los que salen al principio del vídeo junto a la barra tomando una Foster´s)-. Como curiosidad, Coca Cola no puso dinero y ni siquiera tuvo nada que ver con su producción. Os linkeo el jingle para presentar la bebida que hizo el músico Tim Finn, me parece divertido.

Respecto a las otras dos películas que recuerdo con cariño, en la primera, Los bicivoladores aparece Nicole Kidman (16 años) con su melena pelirroja y cardada en su primer trabajo. Realmente esto es lo más interesante de una cinta que copia la idea de Los Goonies en cuanto a pandilla de amigos que viven aventuras, pero donde las bmx (grande la Bh California XL2 que tuve de pequeño) y las piruetas son las protagonistas reales, muy a pesar de la "gran" actriz, ex esposa de Cruise.

La otra, La boda de Muriel (P.J. Hogan), sí que es buena. Muy del estilo de comedia ácida británica la historia trata sobre una chica con problemas de sobrepeso obsesionada con buscar novio y casarse..os suena? Efectivamente el Diario de Bridget Jones me resulta idéntica (yo lo llamo plagio) salvo que contó con con más presupuesto y un elenco de estrellas. No obstante, Toni Colette (My little Miss Sunshine) lo borda como protagonista y le da mil vueltas a René Zellwegger. Por cierto, la película utiliza la música del grupo ABBA, que significó volver a lo más alto en ventas para el grupo sueco después de años de separación.

En definitiva, el cine australiano me gusta porque me parece un cine desenfadado, atrevido y que no tiene complejos, a pesar de competir en el mercado angloparlante donde Hollywood deja poco espacio. Por cierto, si quereis pasar un rato divertido, os recomiendo "Black Sheep" (2006)...eso sí, es una producción neozelandesa, pero para el caso, son dos países cercanos en las Antípodas!!!

miércoles, 20 de mayo de 2009

Class of 1999 (Clase de 1999. Mark L. Lester, 1990)

Llevaba unos días preparando un post sobre cine australiano, quería homenajear a una serie de películas creo que básicas para todo aquel que se quiera iniciar en la categoría de "todo vale mientras entretenga" para pasar a "qué grande es el cine" cuando me dio por ver la tele. La inspiración vino cuando en telemadrid (no aconsejo ver esta cadena a menudo) aparece Tom Berenger, Ernie Hudson, William Forsythe...y pienso, esta es "El sustituto". En ese momento decidí hacer un comentario sobre cine de instituto, pero no al estilo adolescentes guapos vs empollones, no. En este caso, he querido homenajear al otro modo de proyectar las películas de instituto, casi un subgénero en la industria americana, el de las pandillas, chicos problemáticos y profesores desesperados pero implicados.

Cuando estaba recopilando información a modo de recordatorio sobre The Substitute (Robert Mandel, 1996) y otras películas similares (ya sabeis que a partir de un título empiezo a relacionar todo y me surgen nombres, fechas y escenas) me vino a la cabeza una película curiosísima: Class of 1999. Y pensé, tengo que escribir sobre esta que casi nadie conoce...ni tan siquiera aparece en filmaffinity!. Si un soldado de las fuerzas especiales en misión por centroamérica (Tom Berenger) acaba como profesor de instituto, ¿hay algo más estrambótico que lo supere? sí, lo hay. Damos una vuelta más de tuerca y resulta que unos profesores con apariencia humana, pero que en realidad son robots, están al cuidado de los hijos de América, oh my god!!!!Antes de ponerme al lio, dejo dos últimos apuntes sobre El sustituto. El primero es sobre su director Robert Mandel. Recomiendo encarecidamente "FX, efectos mortales" (1986), diós sale uno de mis secundarios preferidos, Brian Denehy. El segundo, el malo pandillero es Mark Anthony, si si, el cantante!!!!

Clase de 1999 es una película collage. ¿Por qué? Porque coge ideas de otras películas. Primero, utiliza el tema de película de instituto con jóvenes rebeldes. Ok, perfecto. Cintas como Rebelión en las aulas (1967) con Sidney Poitier funcionaban. Chicos malos, profesor con ganas de comerse el mundo, un poco de psicología y se obra el milagro. Hemos visto varias películas así (Mentes peligrosas, 1995).

Además, aparecen pandilleros, ya sean afroamericanos, latinos, asiático o, por que no, mezclados, vamos el típico "melting pot". Spike Lee y John Singlelton estaban triunfando a finales de los 80 y principios de los 90 con cintas en las que se denunciaba los problemas de violencia callejera: Haz los que debas (1989) y Los chicos del Barrio (1991), respectivamente. Incluso el gran Lee se estrenó con una de conflictos estudiantiles (Aulas Turbulentas, 1988). Otra del estilo pandas en barrios como South Central en Los Ángeles es Colors (1988) con Robert Duvall y Sean Penn.

Tercero, cine futurista en clave de anarquía, descontrol con aire apocalíptico debido a guerra nucleares o carrera armamentística que lleva al caos. Hay tanto títulos...pero primero os pongo en situación. Resulta que en 1999 Estados Unidos tiene un algo grado de violencia con su base en los institutos a lo largo de la nación. Los estudiantes se pasean con armas, muertes, etc. Qué ocurre...pues que una empresa crea unos profesores ciborgs...a que os suena esta historia. Si hasta hicieron un remake con Elijah Wood a la cabeza (The faculty, 1999). Si cambias Seattle por Detroit y el instituto por la ciudad, tenemos Robocop. Si nos vamos a Los Ángeles, tenemos Terminator...y si nos vamos a Marte...eso es, el gran Arnold en Desafío Total...vamos que todo está inventado. Una última referencia, incluso el bueno de Jean-Claude Van Damme tuvo que luchar con los ciborgs tan de moda (Cyborg, 1989). Y cómo me puedo olvidar del hombre-robot por antonomasia creado para Alien (grandes Ian Holm y Lance Henriksen). En fin que lo importante es la imaginación y adaptar un modelo o distintas historias.

Cuarto, ya hemos hablado en alguna otra ocasión que los 80 son una factoría-cultivo-invernadero para jóvenes actores lanzandos al estrellato. Para no extenderme más doy el nombre del prota de Clase de 1999, Bradley Gregg, que hizo películas tan memorables como "Exploradores", 1985 y "Stand by me", 1986. No obstante, y sin poder evitar la tentación apunto a Corey Feldman, Sean Astin y River Phoenix. Bueno pues Mark L. Lester también aprovecha el tirón de este joven con éxito para enfrentarle con los malos malísimos.

Como veis esta película tiene de todo y recuerda a muchas otras cintas, por lo menos a mí. Tiene mérito coger de aquí y de allá y montar una historia "interesante". No se podía esperar menos del creador de "Comando". Como curiosidad...aparece Malcolm McDowell, el mítico Alex de La naranja mecánica.

domingo, 10 de mayo de 2009

The year of living dangerously (El año que vivimos peligrosamente. Peter Weir, 1983)

Aprovechando que en el último post aparecía Sigourney Weaver, me vino a la cabeza una película en la que trabaja ella, que vi hace pocos años y que me dejó grandes sensaciones. Es curioso porque aún ni me había planteado estudiar periodismo, estaba en el tercer o cuarto curso de historia y, claro, la cinta me atrajo por el componente histórico en el que transcurre (revolución en Indonesia contra Sukarno en el año 1965). Sin embargo, más allá de la historia de amor y los acontecimientos políticos acaecidos, todo gira alrededor de un periodista, corresponsal australiano (Mel Gibson), que viaja al país asiático para cubrirlos.

Además, al poco tiempo vi otra película que me impactó aún más. The killing Fields (Los gritos del Silencio, Roland Joffé, 1984) guarda muchas similitudes con El año que vivimos peligrosamente. De ahí que quiera homenajear a estas dos "muy" buenas películas de la primera mitad de los 80.

Como he apuntado ambas tienen aspectos parecidos. Las dirigen grandes autores. La primera es de Peter Weir. Este director australiano es de mis favoritos y ha realizado películas tan buenas como Gallipolli (1981), Único testigo (1985) y El Show de Truman (1988). Podría ampliar la lista pero así os dejo tareas. Por su parte, Roland Joffé, británico, ha dirigido La Misión (1986) y La ciudad de la alegría (1992), entre otras.

La segunda "coincidencia" es que ambos directores se apoyaron en "dioses" de la música para que se encargaran de la banda sonora y, así, dotar a las cintas de una particularidad curiosamente muy reconocibles. Vangelis y Mike Olfield (único trabajo para cine) no requieren escribir nada sobre ellos, basta escuchar sus melodías.

La tercera similitud es que ambas películas ganaron el Óscar al mejor secundario. Linda Hunt y Haing S. Ngor fueron los galardonados. Curiosamente Linda Hunt se lo llevó por hacer un papel de hombre. En la película de Peter Weir acompaña a Mel Gibson como su fotógrafo. Para quien no sepa quien es esta actriz de "altura", aparece en Silverado (1985) como la regente del bar-saloon y como la directora del colegio de Poli de guardería (1990). Mientras el asiático, que debutó en el cine de la mano de Roland Joffé y actúa como el intérprete de Sam Waterson, también ha actuado en El cielo y la tierra (1993). En realidad Ngor era médico y sufrió en sus propias carnes la barbarie de los Jemeres rojos camboyanos.

Otro punto en común es que, además, de transurrir la acción en un ambiente revolucionario asiático (en la década de los 60 y 70 por el sureste del continente se extendieron los ideales comunistas que desembocaron en conflictos como Vietnam, Indonesia y Camboya) las dos cintas las protagonizan periodistas que son enviados para cubrir los acontecimientos. Apuntar que The Killing of fields está basado en los hechos reales del corresponsal del New York Times Sidney Schanberg (Sam Waterson).

Si bien la cinta de Peter Weir es más "light", ya que durante gran parte de la trama se centran en la relación entre Sigouney Weaver y Mel Gibson, no se puede considerar menor respecto a la de Roland Joffé, mucho más cruda por la brillente presentación de los horrores de los Jemeres Rojos. En definitiva, recomiendo ver las dos películas, si no el mismo día, al menos durante un fin de semana. Además, se podrá comprobar qué tipo de periodismo se realizaba antes y no el "copia y pega" actual.

domingo, 26 de abril de 2009

Aliens (Aliens, el regreso. James Cameron, 1986)

Para esta ocasión he elegido mi película favorita, si es que se puede decir que la tengo. Al menos, es la que más veces he visto (hasta en siete ocasiones). Recuerdo la primera vez perfectamente. Tenía 11 años y Canal + emitía Aliens, el regreso. Los abonados veteranos recordarán que reponían las cintas hasta en 8 ocasiones. Yo ví como cuatro veces en un mes la segunda parte de la saga. Años después alquilé la película por ser una edición especial extendida (17 minutos) del director, James Cameron.

Alien, el octavo pasajero (Ridley Scott, 1979) es uno de los mejores títulos de la historia del cine. Terror, angustia, pasillos agobiantes,efectos especiales. Sin duda, obra maestra del género de ciencia ficción. Además, el reparto es espectacular con Tom Skerrit (MASH, 1974); Harry Dean Stanton (Paris, Texas, 1984); Yaphet Kotto (Brubaker, 1984); John Hurt (El hombre elefante, 1980) e Ian Holm (Greystoke, 1984). Sin olvidar, claro, a la protagonista, Sigourney Weaver. Probablemente mi actriz predilecta. Fundamental el acompañamiento musical de Jerry Goldsmith para acabar de "agobiar" al espectador enla atmósfera espacial.

Alien 3 (David Fincher, 1992) también es muy recomendable. El director debuta con un proyecto complicado por las eternas comparaciones con las dos primeras cintas. El creador de Seven o El club de la lucha aprueba con nota por mantener la línea de la saga en la que los pasillos asfixiantes son el protagonista con la criatura aguardando en cualquier esquina a su presa e introduciendo elementos que encajan con la historia y resuelven la continuidad del relato. Una vez más, a la Teniente Ripley le acompañan buenos secundarios como Charles S. Dutton (Tiempo de Matar, 1996) y Pete Postlethwaite (En el día del padre, 1993)

Efectivamente, alguien dirá qué ocurre con Alien, Resurrección (Jean-Pierre Jeunet, 1997). Para mí nunca se debió de hacer esta película puesto que en la anterior parte de la saga se cierra la historia de una manera acertada y digna. El cineasta francés debió de seguir viviendo de las rentas de Amelie. La teniente Ripley y la criatura nunca debieron de aceptar tan pésimo guión.

Entre la primera y tercera partes James Cameron dirigió "Aliens, el regreso" dotando a la cinta de un alto ritmo y acción. Tras su exitoso Terminator (1984) le dieron la oportunidad de, manteniendo la idea original, convertir a la película en un producto adaptado a los 80. Ya sabeis, armas contundentes y sofisticadas, explosivos...Un grupo de marines acompaña a Ripley de regreso al planeta, en donde Sigourney Weaver tuvo su primer "encuentro" con la criatur,a después de perder el contacto con los colonos que fueron destinados allí.

El director americano se rodea de actores con los que ya había trabajado y con los que mantendría futuros proyectos comunes como Michael Biehn (Abyss, 1987) y Bill Paxton (Twister, 1996). Además, tengo que destacar a mi querido Lance Henriksen (Jennifer 8, 1992), que da vida a Bishop, el ciborg que acompaña a la misión, porque consigue humanizar a un personaje que en la película de Ridley Scott es el malo malísimo (Ian Holm) y porque ha proporcionado para la posteridad una de las secuencias más famosas jamás rodada. Daré pistas: un cuchillo, una mano y mucha velocidad!!!! Esta vez el hombre sin escrúpulos que quiere conseguir a la criatura para la compañía Weyland-Yutani es Paul Reiser (Diner, 1982). Si Jerry Goldsmith es parte fundamental de la primera película, James Horner y su banda sonora siguen la misma línea.

Otra razón para ver esta película es la secuencia final. Cuando parece que todo ha concluido y Ripley ha conseguido salir victoriosa, tiene lugar una lucha intensa entre Sigourney, manejando una especie de toro mecánico del futuro frente a la Reina. Como adelanto os dejo este link con su frase por excelencia: "get away from her, you bitch".

Recomiendo adquirir la trilogía (sobre todo con la versión extendida de la segunda parte) y daros un festín durante un fin de semana. Luces apagadas, sonido elevado y sumergiros en la historia. ¿El peligro? Seguramente mirareis más de una vez debajo de la cama al acostaros, pero, sin duda, al final hasta cogereis cariño a la criatura. Otro detalle: hay que ver la segunda cinta hasta aprenderos los nombres de los marines coloniales en el orden que van muriendo! No os pongo la lista que si no pierde su gracia....

domingo, 12 de abril de 2009

Hamburger Hill (La colina de la hamburguesa. John Irvin, 1987)

Cine bélico. Otro género que me ha dado grandes momentos. Quién después de ver "una de guerra" no cogía su pistola, escopeta o rifle de plástico y se ponía a dar tiros, quién no salía a la calle con sus amigos, hacían dos grupos y jugaban a ser héroes. Yo soy de la generación del boom de las pistolas de balines. A principios de los 90 desde Japón nos invadieron con perfectas réplicas de armas. Yo tuve una Smith & Wesson plateada con culata negra...cargador para 12 bolas amarillas, temblaban las farolas y las persianas, incluso los vecinos (el impacto de una de ellas en la mejilla de alquién acabó con mi arma en el fondo de un cajón).

Sin embargo, hay películas bélicas que no te hacen sentir un héroe porque reflejan las miserias, el horror y el sin sentido más absoluto. Para este posts me ha costado elegir. Tengo realmente tres cintas del género en mi cabeza. Siempre cuando hablo con amigos me vienen todas ellas a la memoria y son las que recomiendo. No obstante, he elegido "La colina de la hamburguesa" por ser la menos conocida. Las otras dos son "Platoon" (Oliver Stone, 1986) y "Casualties of war" (Corazones de hierro. Brian de Palma, 1989).

Tienen bastantes cosas en común. La primera y, principal, es que tratan sobre la guerra de Vietnam. Parece ser que después de una década en que finalizó el conflicto, Hollywood estaba preparado para hacer una denuncia de la estupidez en la que se enredó el gobierno de Estados Unidos en el sureste asiático y de cómo la Administración mandó al "culo del mundo" a una generación de cuasi adolecentes a la muerte. Me gustan estos tres títulos porque reflejan que los soldados fueron allí sin saber lo que se iban a encontrar y cómo rápidamente son conscientes de que muchos no van a volver.

Hay otro tipo de películas que han denunciado el conflicto de Vietnam. Son cintas con una carga psicológica en donde la vuelta a casa de los combatientes supone un problema de adaptación. Michael Cimino se adelantó con "El Cazador" (1978). Incluso, "First blood" (Acorralado. Ted Kotcheff, 1982), trata el tema de la indaptación del soldado. Y no hay que olvidar a "Jacob´s ladder (La escalera de Jacob. Adrian Lyne, 1990). Todas ellas brillantes.

Pero las tres a las que homenajeo tienen en común la acción, reflejan combates y la confusión que en ellos habían, sin dejar de lado las relaciones entre los compañeros de pelotón, las dudas, los conflictos.

El protagonista de La Colina de la Hamburguesa es Dylan McDermot (serie de El abogado) -No confundir con Clive Owen. (Sin City)- que está al mando de un pelotón -entre ellos está el magnífico secundario Don Cheadle (Crash, 2004)- que tiene la misión de conquistar una colina. En principio, es una posición básica para los intereses y el devenir de la guerra. Como el Vietcong se hace fuerte el ejército manda a numerosas tropas para cumplir con la misión. Los días transcurren convirtiéndose la batalla en una carnicería. De ahí el título de hamburguesa que los soldados le pusieron a la colina. Uno de los mejores momentos de la cinta es el final (tranquilos que no os lo cuento) que refleja lo absurdo de la misión.

Platoon y Corazones de hierro cuentan con un mejor reparto, sin duda. Charlie Sheen, Tom Berenger, Willem Defoe y Lauren Fishburne, en la primera; Michael J. Fox, Sean Penn, John C. Reilly en la segunda. Aún así, la Colina de la Hamburguesa no desmerece.

La música en las tres películas en fundamental. Si Platoon ha dejado en el recuerdo la adaptación que hace George Delerue del "Adagio for Strings" de Mozart, y el compositor Ennio Morricone pone su talento al servicio de Brian de Palma en Corazones de Hierro, el soundtrack de la Colina de la Hamburguesa tampoco decepciona. Mi favorita es Gimme Some Lovin', de Spencer Davies, aunque We Gotta Get Out Of This Place, de The Animals, también está a la altura (es la que suena en el trailer de la película del link que he puesto en el anterior párrafo).

En definitiva, tres cintas que unos las valorarán y colocarán en el top ten del cine bélico. Otros, sin embargo, desecharán y pondrán por delante otros títulos. Al fin y al cabo, es uno de los géneros más prolijos y que más éxito tienen entre el público ya sea tratado desde un punto de vista de honor, valor, heroicidad o desde el ojo crítico, la denuncia; de forma ligera, profunda e, incluso, comedia. Aquí mi recuerdo.

lunes, 30 de marzo de 2009

Ferris Bueller´s Day Off (Todo en un día. John Hughes, 1987)

Después de hacer un recorrido por el cine comercial de acción y la comedia mi tercer post hace un guiño a otro de las temáticas básicas en mi infancia y, por qué no, de la historia del celuloide: el género adolescente o de instituto. Sí, lo se, igual me estoy centrando demasiado en los 80, pero es que he disfrutado tanto de las películas de esta época desde los 8 años, que guardo miles de recuerdos y referencias. También soy consciente que no son grandes títulos, pero repito, una vez más, que este blog trata de rescatar buenos momentos pasados. Trato de dar espacio a ese otro cine no tan reconocido, pero por que no, también válido.

La elección de hoy es, como las anteriores, meramente personal, muy subjetivo, ni más ni menos. Sin duda hay otras mejores pero esta me dejó un regusto especial. Tenemos varios elementos que destacan. El primero, el director, escritor y productor, John Hughes, algo así como un genio que todo lo que toca lo convierte en oro. La lista de comedias de éxito es innumerable: como director, El club de los cinco (1984), Dieciseis velas (1984); como productor, Solo en casa (1990), 101 Dálmatas (1996); como guionista, Beethoven (1992), Daniel El travieso (1993) ...y muchas más.

Lo segundo, Mathew Broderick. A lo largo de la historia del cine siempre ha habido jóvenes con talento o al menos que han alcanzado el éxito muy pronto (Mickey Rooney, Richard Dreyfuss). Sin embargo, en los 80 se juntó una generación, que si bien se dudaba de sus dotes interpretativas, llenaban los cines. Hablo de Michael J. Fox,Patrick Dempsey, Patrick Swayze o John Cusack. En este grupo podemos meter a Broderick y su cara de "nunca he roto un plato". Éstos maduraron en la pantalla e incluso se quitaron la etiqueta de adolescente solo válido para comedias ligeras. (Por orden de enumeración): "Cozarones de hierro", 1989; "Run", 1991; "La ciudad de la alegría", 1992; "Alta Fidelidad", 2000.

La tercera razón, una vez más, se trata de la presencia de uno de mis secundarios favoritos, Jeffrey Jones. En esta ocasión hace de director obsesionado por "cazar" a Ferris Bueller (Broderick) haciendo pellas. Para quien no le conozca es un actor pelirrojo que ha actuado en films como "Ravenous" (1999) o "Sleepy Hollow (1999).

La cuarta, se debe al soundtrack de la película. No digo nada de ella, simplemente os pongo el link. En cuanto lo oigais, seguro que decís: "sí, me suenaaaa".

Tantas líneas y aún no hablé de la trama. Básicamente Broderick se hace el enfermo para no ir al instituto y, así, pasar un día en Chicago con su novia (Mia Sara) y su mejor amigo Cameron (Alan Ruck). Cogen el Ferrari del padre de este último y se van para la ciudad del viento. Mientras el director trata de probar que Ferris Bueller le ha mentido y la hermana de Bueller (Jennifer Grey,"Dirty Dancing", 1987) quiere que pillen al embustero de su hermano. Es una comedia juvenil de ritmo ágil y que no cae en el humor facil. Me recuerda al exitazo "Riskie Business" (1983), película que lanzó la carrera de Tom Cruise y Rebecca de Mornay. Se podría afirmar que es una versión en clave de comedia o al menos yo encuentro bastantes similitudes o referencias.

Además, hay una buena selección musical con títulos como "Danke Shoen" de Wayne Newton o "Twist and shout" de The Beatles. A modo de anécdota señalar que Charlie Sheen aparece casi al final de la película. El momento glorioso y que se ha quedado en la retina de la gente es cuando intentan reducir del cuentakilómetros del Ferrari 250 GT California la distancia recorrida poniendo la marcha atrás hasta que, finalmente, el clásico coche cae al vacío desde una altura de más de 15 metros....ahgggg!!!

Una vez más, podía haber elegido otra cinta ya que durante esa década hubo buenas producciones. Estas son algunas: "Teen wolf" (De pelo en pecho, 1985), "Sixteen candles" (Dieciseis velas, 1984) y "Can´t buy me love" (No puedes comprar mi amor, 1987). Pero me quedo con Todo en un día...incluso a principio de los 90 hicieron una serie con el título de Ferris Bueller y otra serie como "Parker Lewis" copió bastantes cosas del largometraje.

No obstante, todas ellas me hicieron albergar en mi infancia una serie de deseos: tener una taquilla en el colegio, asistir a un baile de graduación y besar a la chica más guapa del instituto. Ninguno de ellos se cumplió y, sin embargo, aún relaciono estas películas con buenos momentos de felicidad ...así que algo tendrán!!!!

domingo, 29 de marzo de 2009

Spies like us (Espías como nosotros). John Landis, 1985.

Siempre es bueno dar razones. Más en el caso de una elección como esta para un segundo posts de una serie, espero, muy larga. Si "Over the Top" puede sorprender a la gente, "Spies like us", crea confusión. Con este comentario pretendo homenajear varios momentos memorables y que guardo con gran cariño, casi todos relacionados con la sobremesa. Gran parte de culpa la tiene, por tanto, Chavy Chase, el protagonista de muchas de las películas en esa franja horaria. Además, quiero mencionar a un programa que ha servido de laboratorio para que la comedia americana de los 80 fuera tan brillante. Hablo del "Saturday Night Life" (por favor no confundir con la versión esperpéntica del Imperio PRISA). Un show del que han salido actores tan magníficos como Dan Aykroyd, Bill Murray, Danny de Vito, el mismo Chevy Chase o Martin Short, entre otros.

Me direis que la película por la que mejor se le recuerda a Chevy Chase es "Christmas Vacation" (SOS, ya es Navidad, 1989). Sin duda teneis razón ya que es la película de las navidades por antonomasia, año tras año aparece la reposición en TVE en donde la Industria realiza, una vez más, un cuadro costumbrista de la familia americana media -los Griswold- en clave de humor, con cuñado "acoplado", Randy Quaid (magnífico secundario en "El expresso de medianoche") que se pasa toda la película borracho a base de "gorronear" latas de cerveza y ponche de huevo, y una jovencísima Juliette Lewis, incluidos.

Pero en esta ocasión, he elegido "Espías como nosotros" por otras varias razones. La primera, para mencionar a dos grandes figuras de la comedia. El director John Landis (Entre pillos anda el juego, 1983) y Dan Aykroyd (Cazafantasmas, 1984) que han proporcionado muchas carcajadas al espectador. La segunda, se trata de cómo a mediados de la década de los 80 la distensión en la Guerra Fría produce una serie de películas sobre este proceso en clave de humor. El fin del choque entre el imperio americano y soviético deja de lado producciones como "El cuarto protocolo". 1987, "Espías sin fronteras". 1991, para crear películas como la que estoy comentando o "El pelotón chiflado". 1981.

El argumento de la película de John Landis trata de cómo dos funcionarios, uno estúpido, Chase, otro demasiado responsable, Aykroyd, se presentan al exámen de ingreso de la CIA, pero suspenden porque Chevy Chase es sorprendido copiando y Aykroyd cae en el mismo saco aunque no tiene ninguna culpa. Muy recomendable por lo memorable que fue las artimañas que prepara Chase para copiar, desde un parche en el ojo hasta un brazo en cabestrillo falso, que mal hizo esta película a los estudiantes que trataban de ocultar chuletas en los lugares más inverosímiles!!! El resto de la historia trata sobre los servicios secretos que deciden mandarles a la URSS para servir como señuelo en una misión ficticia mientras los verdaderos agentes cumplen con su tarea. Escenas patosas y situaciones ridículas, enredos estúpidos y chicas guapas aderezan la cinta. Como anécdota contaré que aparecen haciendo unos cameos los directores Sam Raimi y Joel Coen y el presentador de tv Bob Hope.

Chevy Chase pudiera parecer que cayó en el olvido. Nada más lejos de la realidad. Si bien ya no actúa salvo algún cameo, es un autor teatral de prestigio en Broadway con numerosos premios en su curriculum. Comenzó de guionista en Saturday Night Life y fue una estrella del humor en los 80. Mi último apunte sobre él es su trabajo en "Memorias de un hombre invisible" (John Carpenter.1992) una producción que no tiene nada que envidiar a aquella de Paul Verhoeven con Kevin Bacon como actor principal.

En definitiva, aquí está mi recuerdo a la hora de la siesta durante mi infancia. Esas navidades de tres semanas en las que me pasaba pegado al televisor durante horas sin apenas salir a la calle y en las que disfrutaba de la comedia facil y absurda. Mis respetos a actores como John Candy, John Larroquette o Harold Ramis.

sábado, 28 de marzo de 2009

Over the Top (Yo, el halcón). Menahen Golan, 1987.

Para estrenar este blog he elegido la película "Over the Top" (Yo, el halcón). Quien lea estas líneas pensará por qué. Es cierto, no es una obra del séptimo arte, ni siquiera es brillante, más bien se puede catalogar dentro de la categoría de serie B. Pero es que este espacio no pretende crear doctrina ni albergar a culturetas interesados. Simplemente, como anuncio en portada, pretendo escribir sobre aquellos momentos especiales que el celuloide me ha dejado en mi memoria. Son muchos porque he visto miles de películas que son consideradas obras maestras, comerciales, lacrimógenas, detestables, cutres. Sin embargo, todas y cada una me han dejado un poso que merecen respeto. Para mí una película es válida simplemente en el momento que años después de verla aparece en tu cabeza. Quiero entretener y, sobre todo, compartir sensaciones y recuerdos que, al fin y al cabo, es lo que me transmite un largometraje.

En la década de lo 80 se produce el "boom" de las películas comerciales (blockbuster) que buscan el taquillazo. El paradigma es Jaws (Tiburón. Steven Spielberg, 1975), es decir, película de bajo presupuesto que revienta la taquilla. Esto se busca desesperadamente en los siguientes años. Para ello los grandes estudios tienen una fórmula casi infalible: acción+super estrella+efectos especiales+música pegadiza. La otra línea de producción es hacer películas de jóvenes que viven en barrios residenciales, institutos...(pero esto es otra historia que trataré en otros posts).

El problema es que el mercado se saturó después de tantos "tiros" y "mercromina" (recordar Rambo, Terminator, Comando, Depredador). Stallone vs Schwarzenegger fueron los mitos (incluso hubo sitio para musculados puestos hasta arriba de anabolizantes estilo Dolph Lungren).

En este contexto aparece Over the Top (Yo, el Halcón). En principio el producto no podía fracasar: tenemos una megaestrella como Sylvester en lo más alto, música pegadiza "Winner Takes It All" de Sammy Hagar e incluso un secundario de lujo, Robert Loggia ("Scarface"). Además, la historia va de pulsos. Acaso no recordais estar en clase y echarle un pulso al compi de al lado? la culpa la tuvo esta peli, sin duda.

En los 80 triunfa la lucha libre o "wrestler" (ver la película de "The wrestler" con Mickey Rourke, un día escribiré sobre este magnífico actor). Quién no recuerda a Hulk Hogan, Mr. Perfecto, Snake o El último guerrero? Pues bien, en esa época también era un éxito las competiciones de pulsos o "arm wrestling".

Todo ello aderezado con la profesión del prota: camionero. En la década de Margaret Thatcher, Reegan y Felipe González yo tenía mogollón de miniaturas de camiones o trucks de metal. De hecho, me operaron de las anginas y me tiré una semana comiendo helados y jugando con ellos intentando hacer el ruido del motor...misión imposible después de tal operación, claro!
Acaso no os viene a la mente los coches "majorette"? Eran perfectas escalas de modelos de coches que debajo llevaban serigrafiados el modelo y la marca. Recuerdo un juguete que se podía enganchar en el cinturóny en el metías el coche, apretabas un botón y salía disparado...

De fondo historia de lágrimas en la que Stallone abandona a su hijo (David Mendenhall, nunca se supo más de él hasta que apareció otra peli de camiones, Transformers, 20 años después) y que se unen por la enfermedad de la madre y esposa...un drama, en definitiva. Más aún cuando ves la cara de Lincoln Hawk (nombre del protagonista, de ahí el título español, increíble!), osea Stallone, compulgido y con un nudo en la garganta. Vamos que el nudo se me puso a mí! Ni que decir tiene que Sylvester suelta grandes parrafadas tipo sermón a imagen y semejanza de Rocky VI!!!
El climax de la película llega con el concurso de pulsos. Indescriptible, posiblemente la tensión que se produce esté a la altura de Karate Kidd o Kickboxer!

En definitiva, como ya expresé en la introducción, soy consciente de que la peli es limitada xo, en definitiva cumple con los objetivos de la época: entretener sin necesidad de pensar mucho, y con los de este blog: recordar sensaciones y buenos momentos!!!!

Hasta la próxima!