sábado, 11 de julio de 2009

The Coke Cola Kid (El chico de la Coca Cola. Dusan Makavejev, 1985)

Hoy (después de casi dos meses) toca volver a escribir. Tras ver la etapa del Tour en la que, por primera vez, ha atacado el conservador Cadel Evans (Silence Lotto) he decidido hacer un repaso del cine australiano o, más bien, sobre algunas de las películas producidas en el "Down Under" a las que tengo cariño. Podría haber elegido las conocidísimas Mad Max (George Miller, 1979), Cocodrilo Dundee (Peter Faiman, 1986) o Priscilla (Stephan Elliot, 1993) e, incluso, cintas dirigidas por uno de mis autores favoritos, Peter Weir, como Gallipoli (1981). Pero, finalmente, apuesto por una película creo que desconocida para el público, El chico de la Coca Cola, y mencionaré, asimismo, la malísima pero entrañable BMX Bandits (Los bicivoladores, 1983) y la sensacional "La boda de Muriel" (1994).

Hasta el momento no he realizado referencias al cine clasificado como de comedia romántica y me parece que The Coca Cola Kid es un buen ejemplo. No porque cuente una historia de amor distinta a las otras, todo lo contrario, la introducción, el nudo y el desenlace son, cuanto menos, previsibles y repetitivos en el género. Sin embargo, me pareció llamativo cómo introducen la historia de relaciones personales dentro del segmento empresarial-una gran película sobre ese mundo es Armas de Mujer (Mike Nicholls, 1988)-. Hoy día, ya se sabe todo sobre el marketing, la publicidad y el poder de las multinacionales pero es en esa década cuando hubo el boom de la imagen publicitaria de compañías como Nike, IBM, Apple...Coca-Cola y su archicompetidora Pepsi, también.. Además, la cinta refleja el mundo de los altos ejecutivos -a finales de los 80, "yuppies"-, engominados, trajeados y con un maletín de cuero.

El argumento trata sobre un ejecutivo de éxito al que la empresa localizada en Atlanta le encarga la tarea de averiguar porqué su producto ha invadido el planeta copando el mercado pero que, sin embargo, en una región perdida del centro de Australia no consiguen introducirlo. El JASP (Joven Aunque Sobradamente Preparado) en cuestión es Eric Roberts, actor de gran éxito en esos años y prolífico con más de 50 películas en su carrera pero que, tras presentar a su hermana (Julia) a la industria, fue eclipsado por ésta.

El tipo llega a un lugar inhóspito en pleno desierto australiano (visitar Alice Springs debe ser toda una aventura) y averigua que la razón de que la Coca Cola no se venda por allí es debido a la fabricación y comercialización de una cola doméstica(McDowells). Allí conoce a la chica guapa (Greta Scachi) y surge el amor mientras el "brazo" de la poderosa compañía trata de destruir al pequeño comerciante...

En fin, que la película es entretenida y aparecen grandes paisajes -os hareis una idea si visteis el clip de Let´s Dance de David Bowie (el dueño de la fábrica de cola y los lugareños son como los que salen al principio del vídeo junto a la barra tomando una Foster´s)-. Como curiosidad, Coca Cola no puso dinero y ni siquiera tuvo nada que ver con su producción. Os linkeo el jingle para presentar la bebida que hizo el músico Tim Finn, me parece divertido.

Respecto a las otras dos películas que recuerdo con cariño, en la primera, Los bicivoladores aparece Nicole Kidman (16 años) con su melena pelirroja y cardada en su primer trabajo. Realmente esto es lo más interesante de una cinta que copia la idea de Los Goonies en cuanto a pandilla de amigos que viven aventuras, pero donde las bmx (grande la Bh California XL2 que tuve de pequeño) y las piruetas son las protagonistas reales, muy a pesar de la "gran" actriz, ex esposa de Cruise.

La otra, La boda de Muriel (P.J. Hogan), sí que es buena. Muy del estilo de comedia ácida británica la historia trata sobre una chica con problemas de sobrepeso obsesionada con buscar novio y casarse..os suena? Efectivamente el Diario de Bridget Jones me resulta idéntica (yo lo llamo plagio) salvo que contó con con más presupuesto y un elenco de estrellas. No obstante, Toni Colette (My little Miss Sunshine) lo borda como protagonista y le da mil vueltas a René Zellwegger. Por cierto, la película utiliza la música del grupo ABBA, que significó volver a lo más alto en ventas para el grupo sueco después de años de separación.

En definitiva, el cine australiano me gusta porque me parece un cine desenfadado, atrevido y que no tiene complejos, a pesar de competir en el mercado angloparlante donde Hollywood deja poco espacio. Por cierto, si quereis pasar un rato divertido, os recomiendo "Black Sheep" (2006)...eso sí, es una producción neozelandesa, pero para el caso, son dos países cercanos en las Antípodas!!!